SINTOMAS.

Hasta la mitad de los fetos que resultan infectados con toxoplasmosis durante el embarazo nacen antes de tiempo (prematuramente). La toxoplasmosis congénita puede causar daño a los ojos, el sistema nervioso, la piel y los oídos del bebé.

Con frecuencia, no hay signos de infección en el bebé al nacer. Sin embargo, los recién nacidos con infecciones más leves pueden no tener síntomas o problemas durante meses o incluso años. Si no reciben tratamiento, casi todos desarrollan problemas (sobre todo en los ojos) cuando llegan a la adolescencia.

Los síntomas pueden abarcar:


*Esplenomegalia y hepatomegalia
*Diarrea o vómito
*Daño ocular a raíz de la inflamación de la retina u otras partes del ojo
*Problemas de alimentación
*Hipoacusia
*Ictericia
*Bajo peso al nacer (restricción del crecimiento intrauterino)
*Erupción cutánea (petequias o equimosis) en el nacimiento

 


 

El daño al cerebro y al sistema nervioso puede ser serio o muy leve e incluir:


*Convulsiones
*Funcionamiento anormal del cerebro y el sistema nervioso (neurológico)

 


 

Los signos y síntomas que aparecen más tarde en la enfermedad pueden ser:


*Hipoacusia
*Retardo mental
*Convulsiones
*Problemas neurológicos
*Deterioro visual